Fotografía de Producto
Jose Barrena, 14 de Mayo del 2018
El mes pasado terminé una formación intensiva en el CTA, una de las cuatro que he realizado en lo que va de año. En esta ocasión, la formación era específica de fotografía de producto, o lo que es lo mismo, fotografía enfocada a la publicidad y/o el e-commerce. La formación la impartió Mikel Pikabea, un fotógrafo del que había oído hablar bien, y cuando lo conocí en persona y como alumno lo entendí. No es sólo un profesional como la copa de un pino, con una dilatada experiencia y conocimientos de la materia, sino un gran profesor capaz de llegar y transmitir, algo siempre fundamental en la docencia, además de hacerse sentir muy cercano y humano.
Además de hacer ejercicios y prácticas durante dos semanas, estuvimos viendo y estudiando el trabajo de varios de los grandes a nivel mundial de esta disciplina, como pueden ser Ray Massey, Jonathon Kambouris, Claire Benoist, Peter Schaffrick, Irving Penn, Paloma Rincón, Wilson Hennessy, Magnus Torsne, y un largo etcétera.
En el curso estuvimos quince alumnos divididos en tres grupos, que nos dedicamos durante la duración del curso a realizar ejercicios probando técnicas distintas en objetos de varios tipos.
Bueno, pues la cuestión es que la fotografía de producto me cautivó, me pareció un área de la fotografía que, si bien está sujeta a unas exigencias del cliente como cualquier otra disciplina, te permite trabajar de tú a tú con el sujeto/objeto, la iluminación y la cámara. Una disciplina en la que siempre vas a tener no sólo la oportunidad de innovar creativamente, sino la exigencia de enfrentarte cada vez al reto que supone iluminar adecuadamente objetos diferentes cada vez, y cada uno con sus peculiares necesidades en base a sus formas, colores, reflejos, etc.
Ejercicio de fotografía de producto hecho en el CTA
No contento con eso, la fotografía de producto te ofrece la oportunidad de trabajar en un espacio reducido mientras no hagas grandes objetos como vehículos, maquinaria pesada, etc., tú sólo, a la hora que mejor te venga, sin depender de terceras personas que en el momento del disparo estén ahí para decirte cómo debes hacerlo (ya te lo han dicho antes en los previos a la firma del contrato). No tardé mucho en imaginarme trabajando la fotografía de producto yo en mi casa, con una música relajante de fondo, y según el día o el momento, igual hasta una copita de vino (esto no se lo digáis a mis clientes, jejeje).
A tal punto llegó mi entusiasmo con esta disciplina, que antes de acabar el curso ya tuve claro que iba a hacer obras en mi casa, tirando un tabique que separa dos habitaciones para hacerme allí un pequeño estudio donde dar rienda suelta a mi arte y a la técnica de la fotografía de producto.
Fotografía de Paloma Rincón
Paralelamente algunos de los compañeros del curso, tan entusiasmados como yo, nos hemos organizado para adquirir de forma económica, bien por compras en grupo o bien por contactos con determinados proveedores, materiales diversos como reflectores, ventanas de luz, flashes, fondos, etc. Así que tengo más que claro que los planetas se han alineado para que yo pruebe a hacer mis pinitos e investigue esta apasionante modalidad de fotografía.