Fotografiar fuegos artificiales, el equipo (II)
Jose Barrena, 17 de Julio del 2018
En el anterior artículo del blog hablábamos del primer aspecto que debemos tener en cuenta para planificar una sesión de fotos de fuegos artificiales: la ubicación.
Ahora vamos a tocar la mejor parte, el equipo necesario. Y es que cualquier equipo básico sirve perfectamente para hacer fotos de fuegos artificiales. Y cualquier fotógrafo, por poca experiencia o conocimiento técnico que tenga, puede llevarse en su tarjeta imágenes espectaculares, tan sólo con un mínimo conocimiento del manejo de la cámara y teniendo en cuenta los consejos que os doy en este artículo.
Empezamos por el elemento más obvio y que ya nombré en el artículo anterior, el trípode. Obviamente el trípode que tengas, no necesitas uno profesional, pero sí que tenga una mínima estabilidad. Ten en cuenta que vamos a hacer disparos de larga exposición, por lo tanto necesitamos inmovilidad. No vamos a entrar aquí en este tema, pero si estás pensando adquirir un trípode y no lo necesitas de manera profesional, no es necesario que inviertas mucho dinero.
La cámara. Cualquier cámara fotográfica nos puede servir, siempre y cuando podamos manejarla en modo manual como ya he comentado antes, es decir, que podamos controlar a nuestro gusto parámetros como velocidad, diafragma o sensibilidad. No necesitamos el último modelo full frame con wifi, gps y frigorífico para las cervezas (eso estaría bien). Utiliza la cámara que tengas, las fotos te quedarán bien igualmente. Algo muy importante, en todo tipo de fotografía nocturna y/o de larga exposición, es colocar una tapa en el visor ocular de la cámara, para evitar la entrada parásita de luz al interior, pudiendo contaminar la exposición. No te preocupes si no tienes tapa, es algo que viene en la caja cuando te compras la cámara, pero que normalmente por no tener que usarla, acabamos guardándola quién sabe dónde. ¿No te ha pasado nunca? En ese caso, bastará con cubrir el visor con algo como cinta aislante negra.
El objetivo. Tampoco tiene porqué ser un objetivo técnicamente sofisticado, ni indecentemente caro. No necesitamos aberturas grandes, ni focales extremas. Un angular medio nos servirá, un zoom clásico como el 24-70 (o 18-50 en el caso de que tu cámara sea APS-C) será suficiente en la mayoría de los casos. Trabajaremos con enfoque manual, por lo que también puedes utilizar cualquier objetivo de la generación anterior de cámaras de película analógica sin enfoque automático (y si tú tienes soltura para enfocar manualmente de una manera más o menos rápida y eficaz).
Quiero aquí aclarar una cosa. Los tres elementos anteriores, trípode, cámara y objetivo no requieren para este tipo de fotografía ser de una complejidad y calidad notable, como bien digo. No obstante, los usuarios de material profesional saben encontrar las diferencias entre unos equipos y otros, y aquí evidentemente también las hay. Lo que quiero decir es que no te preocupes si tú eres un aficionado que llevas poco tiempo en la fotografía y tu equipo es básico, porque con ese equipo vas a poder hacer unas estupendas fotos de fuegos artificiales. Pero sí es cierto que dependiendo de tu nivel de experiencia y de la calidad de tu equipo, evidentemente sabrás encontrar ese plus de profesionalidad que va un punto más allá de la foto de aficionado.
Seguimos con algo muy importante, el disparador remoto. Vas a hacer muchos disparos durante la sesión, y cuanto menos toquemos el conjunto cámara-trípode, mejor para la nitidez del resultado final. Si no tienes un disparador, esta puede ser la excusa perfecta para adquirirlo, habida cuenta que su precio no es de los que rompen bolsillos. Básicamente hay de dos tipos, con cable o inalámbrico, e incluso los que van con cable suelen tener un módulo aparte para disparar a distancia. Dentro de los primeros, la opción más interesante por su versatilidad para otros usos es adquirir un disparador con intervalómetro incorporado, que te servirá también para hacer fotos a un determinado intervalo de tiempo, imprescindibles por ejempo para hacer circumpolares, pero si esto no está en tus prioridades, no te compliques, uno de los más sencillos servirá perfectamente.
El rango de precios de la mayoría de modelos oscila entre 10 y 30 euros y los puedes encontrar en las plataformas habituales de compra online. Aquí puedes ver el modelo que yo utilizo. No obstante, si no tienes un disparador remoto y no quieres comprarte uno, tranquilo, en el siguiente artículo te cuento cómo hacer las mismas fotos sin disparador.
Y ya por último, varios elementos accesorios que pueden venir muy bien: una linterna, ya sea de mano o frontal; algo de música o lectura si vas a ir muy pronto; comida, bebida, una silla pequeña como te decía en el artículo anterior; valora llevarte ropa de abrigo si la ubicación es de esas en que refresca rápidamente en cuanto llega el sol y sobre todo, no hagas corto de tarjetas ni de baterías, algo que siempre siempre viene bien recordar.
Si has llegado hasta aquí leyendo, no te pierdas el próximo artículo sobre cómo fotografiar fuegos artificiales, donde hablaré de los parámetros y la técnica, y ya estarás deseando salir a capturar esas fotos que te encantarán.